—Déjame adivinar. ¿Escuchaste que soy el Señor favorito del Rey y quieres que hable bien de ti con su alteza? —el ogro miró a Liam y habló con burla.
—¿Hmmm? ¿Había algo así? —Liam sonrió interiormente y asintió con una expresión grave—. Por favor, sabes que no hice nada para merecer esto. Soy inocente.
—Líder de la ciudad de Thol, deberías haber pensado realmente en esto antes de hacerte enemigo de mi buen amigo. —El ogro rió.
Lo sabía. Ser etiquetado como traidor, convocado por el Rey, todos los problemas en los que estaba, todo era por culpa del maldito par de madre e hija.
Necesito trabajar a esas dos más duro. Mucho más duro y hacerlas pagar por todos estos problemas. —Liam sacudió la cabeza sin esperanza.
—Señor, hay una explicación para todo lo que ocurrió. Sin embargo, no estoy aquí para justificarme. Vine aquí para hacer un trato contigo —dijo Liam.
—¿Estoy escuchando?