Sospechoso

Damián sonrió con amargura. Por supuesto entendía lo que Leonel quería decir. Si se quedaban aquí demasiado tiempo, sin importar lo convincente que hubiera sido su actuación previa, se volvería sospechoso. En ese caso, no importaría si convencía a Leonel de seguirles el juego.

—No puedo decirte mucho —dijo Damián entre dientes apretados—, pero creo que eres lo suficientemente inteligente como para saber por qué este debe ser nuestro enfoque. Mientras más competentes parezcamos, más atención nos prestará el Imperio y menor será nuestra oportunidad a largo plazo.

Leonel ya había pensado algo similar, pero esto no era suficiente para convencerlo de nada.

—¿Crees que el Imperio es estúpido? —dudó Leonel—. Dudo que desconozcan que esto es una fachada.

—No importa si lo saben, aún nos subestimarán. Una amenaza vaga siempre será tomada menos en serio que una tangible. Mientras no conozcan el verdadero alcance de nuestra profundidad, será más fácil para ellos descuidarnos.