La expresión de Leonel se volvió solemne.
Era reacio a usar su Fuerza Elemental de Luz. No era porque estuviera tratando de ocultarla, sino porque el consumo era demasiado grande. No solo drenaba su espíritu, sino que también drenaba su Fuerza a un ritmo mucho más rápido. Aunque su Fuerza de la Lanza también tenía el mismo impacto en él, no era ni de lejos tan exagerado. Pero, esto también tenía sentido, ya que su Fuerza de la Lanza tampoco era tan poderosa.
Pero, en este momento… ¿Qué opción tenía?
¡HONG!
El color apagado de los ojos de Leonel de repente se iluminó intensamente, un resplandor cegador disparándose desde lo más profundo de su mirada.
«Vamos, maldito insecto.»
Leonel avanzó rápidamente, dejando un rastro dorado tras de sí. Parecía una estrella fugaz surcando el campo de batalla, atrayendo la mirada de varios de los jóvenes que luchaban por sus vidas. No podían evitar que su sangre hirviera al ver a Leonel enfrentarse al rey araña él solo.