Lógico

Cuando Leonel reapareció dentro de la cueva, varios ojos se dirigieron hacia él al mismo tiempo. Sus reacciones fueron tan rápidas que Leonel prácticamente pudo escuchar el viento que causaron al girar sus cabezas.

Ante tal reacción, solo pudo sonreír con amargura. Parecía que realmente habían estado esperándolo. Ni una sola persona faltaba desde el momento en que se había ido hasta ahora. ¿Qué más podían estar haciendo si no esperándolo?

—¿Han llegado todos a una decisión? —preguntó Leonel.

Los jóvenes se miraron unos a otros, pero parecía que la respuesta a la pregunta era no. Probablemente se habían cansado de discutir y dejaron el asunto descansar por ahora. Al menos... eso era lo que Leonel había pensado antes de darse cuenta de que muchos de ellos incluso evitaban su mirada, como si estuvieran avergonzados por algo.

—¿Qué pasa con ustedes? —preguntó Leonel con ojos entrecerrados.