Pequeño Bastardo

Una semana después, Leonel salió del Cubo Segmentado. Sus rasgos se veían bastante demacrados, una barba descuidada 'adorna' su mandíbula y su desordenado cabello rubio sucio caía sobre sus hombros. Pero sus ojos permanecieron afilados como espadas.

Cuando los jóvenes notaron la apariencia de Leonel, todos se animaron, rastros de anticipación pintados en sus rostros.

Leonel sonrió ligeramente. —He tenido éxito.

Eran palabras simples, pero solo ellas hicieron que los jóvenes sintieran que un peso masivo se había levantado de sus pechos.

—No hay tiempo que perder —dijo Leonel con un aire confiado—. Ya hemos decidido desde hace tiempo quién iría y quién se quedaría. Avancemos si todos están preparados.

La alineación que eligió seguir a Leonel fue bastante interesante. Aplauso Tronador, León Negro Rugiente y Viento Fluyente todos se prepararon para moverse con él.