Las cosas progresaron tal como Leonel esperaba. Cuando regresó a su morada dentro de la Academia de Magos, encontró que había varios hechizos desplegados que él no había construido por sí mismo.
Muchos de ellos bloqueaban el espacio y evitaban que se activaran los hechizos de teletransportación. Algunos solidificaban el suelo, obstaculizando la capacidad de un Mago de Tierra para usarlo en su beneficio. Y la mayoría eran tipos de detección, monitoreando cada movimiento de Leonel.
La mirada de Leonel destelló con rabia. Con un violento estallido de su Presión Espiritual, las Artes de Mago de detección se rompieron como una lluvia de vidrio, desmoronándose bajo su poder.
No pasaron ni siquiera unos segundos cuando Leonel escuchó un llamado en su puerta. La abrió para encontrar una cara familiar al otro lado.