Selección

Elys terminó yéndose sin hacer ningún progreso en su misión una vez más. Sin embargo, Leonel no tenía la intención de preocuparse por sus pensamientos. Sentía una ligera urgencia en su corazón. En el instante en que ella se fue, enterró su cabeza en su entrenamiento.

Casi no tocó su arco. Para él, su talento con el arco era tan abrumador que no necesitaba practicar mucho para llevarlo a un nivel alto. En cambio, concentró todo su ser en su meditación y en su lanza.

Para cuando llegó la noticia, casi había pasado por un centenar de lanzas. Pero, en comparación con las más de 2000 que tenía que dominar, apenas había arañado su verdadero objetivo. Sin embargo, aun así, podía sentir que su Fuerza de la Lanza se estaba refinando lentamente con el tiempo.