Leonel observó la vida de esta pequeña princesa hasta el día en que decidió abandonar el Reino. Con su padre distanciado y su madre incapaz de proporcionar el mismo calor que una vez tuvo, quien terminó sufriendo más fue una joven que no sabía nada del mundo excepto la misma frialdad.
En ese momento, Leonel sintió que su mundo se desvanecía una vez más.
Cuando su mirada se aclaró, se encontró flotando dentro de un capullo, frente a una joven que estaba en la misma posición. Sin embargo, mientras él estaba despierto, ella parecía seguir en un sueño profundo.
El capullo alrededor de Leonel estalló.
Primero regresó su ropa, luego todo su equipo. Incluso el arco pesaba mucho en la mano de Leonel.
Para entonces, Leonel había ganado un leve entendimiento de la prueba. Estaba destinado a comprender y empatizar con su oponente. Cuanto más rápido lo hiciera, más rápido despertaría y mayor ventaja obtendría.