Omitir

Leonel retiró su palma del altar y lanzó una mirada curiosa hacia la mujer. Por lo general, ella ya habría comenzado a hablar. Pero, incluso después de varios momentos, aún no lo había hecho.

Si la mujer supiera que Leonel quería que se apresurara, es muy probable que estallara en ira. En este preciso instante, su mente se había convertido en su propia zona de guerra.

En cualquier otra circunstancia, encontrar un genio así sería algo que debería hacerla brincar y celebrar. El tipo de beneficios que recibiría por algo así sería infinito, y eso solo considerando lo que podría ganar de esos viejos gruñones. Si además consideraba lo que podría ganar simplemente teniendo una conexión con Leonel… las posibilidades eran interminables.

Pero ese único nombre arruinaba todo. La hacía temblar casi incontrolablemente.

Morales.