Leonel

Gritos. Sangre. Carnicería.

Por más cosas que Leonel había visto en el último año, aún no estaba listo para esto. El genocidio que la tecnología moderna causó estaba mucho más allá de su imaginación.

Con sus sentidos, cada instancia de miedo, cada lágrima que se derramaba, cada corazón que dejaba de latir... Todo estaba en su rango para sentir, ver y captar.

Sin embargo, los tanques de la Legión Asesina continuaban avanzando, la ciudad interior del Fuerte permanecía inmóvil, los Inválidos nunca se detenían.

Leonel ya se había movido antes de poder siquiera registrar sus propios pensamientos. Escuchó débilmente las voces de sus compañeros gritando que regresara. ¿Qué podría hacer un solo hombre contra tal ejército? Por más poderoso que se hubiera vuelto, definitivamente no era suficiente para cubrir el cielo con una sola mano. ¿Qué podría esperar lograr?

Pero, se movió de todos modos.