Bloqueos

La expresión del Entrenador Owen se solidificó.

—De todos ellos, ¿por qué tenía que ser él… —las palabras que el Alcaide pronunció apenas eran audibles. De hecho, en su pánico, el guardia frente a él tampoco parecía captar la rareza.

Viendo la lamentable actuación de la persona que se suponía que debía ser su mano derecha, Escobar resopló, su grueso bigote revolviéndose.

—¡Recupérate! —el grito bajo hizo que el guardia líder prestara atención, sus talones chocando mientras su espalda se arqueaba como si una cuerda hubiese sido tirada desde la parte superior de su cabeza.

—Reúne a los hombres —dijo Escobar fríamente—. Vamos a ir de caza.

—¡Sí, señor!

El guardia líder giró y se lanzó, su velocidad más allá de los límites humanos normales.