—¡Mierda! ¡Joven señorita Swan, ¿cómo puede ser tu Ciudad Swan tan inútil?! ¡¿No has hecho ningún progreso en absoluto?!
Raynred apareció en el campo de batalla, riendo a carcajadas. No tenía un tesoro volador como Leonel, ni tampoco tenía la capacidad de hacerlo por sí mismo, así que solo podía estar encima de uno de los muchos edificios colapsados de la Provincia, usando la risa para alejar el miedo que había estado sintiendo durante tanto tiempo.
No tenía idea sobre los cambios en la gente de la Tierra y su único conocimiento de ellos era luchando contra ellos en un estado debilitado. Así que, ver a la poderosa Ciudad Swan luchar tanto contra un solo Fuerte que ni siquiera era comparable a la mitad de La Capital le dio un gran sentido de diversión.