—Sí, lo hiciste. Fue increíble —Max asintió y luego tomó su pequeño rostro entre sus manos y la besó suavemente.
Después de una sesión intensa, Leticia se sintió muy bien siendo tratada de manera tan suave.
Leticia pensó que él la dejaría descansar un rato o dejaría que digiriera la energía que había recibido de dos sesiones continuas, pero contrariamente a sus expectativas, movió su cuerpo y la hizo acostarse boca abajo mientras él se sentaba sobre sus rodillas encima de su trasero.
¡Zas!
—Ahh~ —De repente, él le dio una palmada en el trasero que hizo que su coño se contrajera. Soltó un gemido por la mezcla de dolor y placer.
Ella giró la cabeza para mirarlo y vio que él tenía su miembro en su mano y lo estaba guiando hacia su coño lleno de semen.
Al ver esto, ella dijo apresuradamente:
—Max, ¿puedo descansar un rato y digerir la energía?
—Aún no —Max le dio una respuesta corta antes de colocar su duro miembro en la entrada de su coño y,
¡Plaf!