Amenazante para su propio bien

La pareja sonrió y negó con la cabeza —Agradecemos al joven señor por sus buenas intenciones, pero ya no hay medicina que pueda curar nuestra enfermedad. Algunas podrían haberlo hecho, si nos hubiéramos enterado hace diez años, pero ahora esta enfermedad y la vida se han fusionado casi completamente. Si intentamos curarla, moriremos inmediatamente.

Al verlos hablar de su muerte con tal actitud despreocupada, Max estaba asombrado. ¿Cuántas personas pueden mantenerse tan tranquilas y sonreír si supieran que van a morir en un futuro cercano? No muchas, ¿verdad?

De repente, Max sintió un profundo respeto surgir en su corazón por esta débil pareja anciana. Su expresión se volvió seria y preguntó firmemente —¿Podrían decirme qué tipo de enfermedad es esta?

—Esto... —la pareja mayor vaciló—. No queríamos molestarlo innecesariamente. Sin embargo, al ver su expresión, era evidente que no descansaría hasta que le contaran.