Ella observó en silencio la caja de madera por un momento. Por la expresión de sus ojos, se podía decir que este potencial regalo la tentaba.
Sin embargo, mantuvo sus emociones bajo control y soltó un bufido —¡Hmph! ¿Crees que te perdonaré solo porque me trajiste un regalo? No lo haré.
—¿Ah? Entonces, ¿no quieres ver qué hay dentro de la caja? —preguntó Max, riendo entre dientes.
—N-No. No quiero. —negó Anna con la cabeza. Sin embargo, sus ojos todavía estaban fijos en la caja.
Max soltó un suspiro prolongado y dijo —Ay… qué lástima. Estaba seguro de que te gustaría, pero ¿qué podemos hacer si ni siquiera quieres verlo?
Diciendo esto, se preparó para guardar la caja cuando de repente, Anna agarró su mano.
Una sonrisa victoriosa apareció en su rostro. Justo cuando estaba a punto de decir algo, Anna se giró.
Ella lo miró a los ojos, su expresión seria mientras decía —¿Sabes cuánto me preocupé cuando no te vi aquí al regresar de mi misión mensual?