Después de que el dúo climaxó, Rima estaba completamente exhausta después de semejante esfuerzo y pensó que, dado que Max también se había exertado bastante, descansaría un rato y que incluso si no lo hacía, iría hacia María y ella podría descansar. Sin embargo, no sabía que Max estaba montando alto en placer. Tan pronto como cayó flojamente en la cama, y su todavía duro miembro resbaló fuera de ella, él agarró sus caderas, la hizo acostarse nuevamente de rodillas y levantó su trasero.
—¡Ja~ Max… por favor déjame~ descansar. No puedo ha~ seguir! —dijo Rima apresuradamente al sentir esto, entrando en pánico un poco. Luego se volvió para mirar a María, quien se había quitado toda su ropa y estaba mirando al dúo con el rostro rojo—. María, ¿por qué no vienes para dejar que él… ¡Ah! ¿Qué estás haciendo?