La noche aún es joven [1]

—¿Quién es a esta hora? —Rima resopló con una expresión de disgusto.

—¿Quizás María? —dijo Max, inseguro. Le había pedido que se uniera a ellos si quería, pero ya era tan tarde y dudaba que ella viniera ahora.

—¿Por qué vendría ahora hermanita María? —La expresión de Rima se suavizó al escuchar que podría ser María, lo cual sorprendió ligeramente a Max.

Sin embargo, al pensarlo un momento, se dio cuenta de que era solo normal que se acercaran después de tanto tiempo. En la ciudad de Ninam, solo se tenían la una a la otra en quien confiar como sus compañeras mujeres, después de todo.

—Eh... Le había pedido que se uniera a nosotros si quería —dijo Max con una sonrisa tímida.

Los ojos de Rima se abrieron en una mirada de reproche cuando escuchó esto. —¡Tú…!