«¡Qué mala suerte!», murmuró bajo su aliento, luciendo impotente. Aunque la bestia que se acercaba a ella era solo una bestia de dos estrellas, sabía que no podría superarla y si quería sobrevivir, tenía que matarla o ahuyentarla.
Pensando esto, cerró los ojos. La bestia gruñó de emoción al ver que su presa no trató de escapar, y aumentó su velocidad. Sin embargo, justo cuando estaba a diez metros de su deliciosa presa, apareció un halo indistinto y completamente blanco a su alrededor.
En los ojos de la bestia, su vulnerable presa de repente se había transformado en una existencia similar a la de un dios, y sintió que no estaba corriendo hacia una comida deliciosa sino hacia su muerte. Gritó de miedo, se dio la vuelta sobre sus talones y huyó sin mirar atrás.
Phew~!
Observando la bestia desaparecer de su vista, Lirio liberó el aliento que había estado conteniendo hasta ahora, y se relajó.