Capítulo 62: Limitaciones de la Sanación

—Con un ataque inútil que puede dañarte tanto como puede dañarme a mí... No eres demasiado fuerte, ¿verdad? —preguntó Lucifer a Elisi, frunciendo el ceño—. ¿Y piensas que puedes llamarme perro con solo eso? Decepcionante.

Aunque Lucifer había hablado con calma, Elisi sintió como si se estuviera burlando de ella. Podía sentir el tono de burla en sus palabras.

—¡¿Por qué se detuvieron todos?! ¡Ataquen de nuevo! ¡Ya no hay civiles aquí! ¡Maten a ese bastardo!

El bombardeo de ataques comenzó nuevamente bajo sus órdenes, pero esta vez el movimiento de Lucifer fue mucho más rápido.

Una vez más voló hacia Elisi, esquivando los ataques.

Otro hombre corrió hacia él con un puño en llamas. El agua que caía del cielo no era suficiente para detener el fuego en su mano, ya que no era un fuego natural, sino su habilidad. Lucifer no dejó que se acercara mientras levantaba un solo dedo de su mano derecha, apuntando hacia el hombre que se acercaba.