El hombre cayó de rodillas mientras sujetaba su garganta. Parecía que estaba luchando por respirar y estaba con dolor.
—¡Oye! ¡Este chico no parece simple! ¡Sus ataques! ¡Debe ser un maestro de artes marciales! ¡Ni siquiera trajimos nuestras armas! ¡Corramos! ¡No podemos enfrentarlo!
Cuando los otros tres vieron el ataque de Lucifer, parecieron intimidarse. Comenzaron a huir. Incluso el hombre que estaba tendido en el suelo luchó por levantarse antes de huir mientras sujetaba su cuello.
Lucifer no los persiguió, pero parecía confundido.
—Gente extraña. ¿Se asustaron solo por eso? ¿No se supone que los villanos son desvergonzados y no tienen miedo a la muerte? —murmuró, frunciendo el ceño.