—Si no me equivoco, esta base de aquí fue la que atacó tu avión. Pertenece al oficial militar de Dalia, ¡y está a solo cincuenta kilómetros del sitio del accidente! Solo pueden ser ellos —le dijo Heath a Lucifer.
—Y si no son ellos, entonces podría ser algún otro enemigo tuyo que quiso aprovecharse del caos y escapar sin consecuencias tras fallar —añadió, concluyendo la explicación.
El nuevo descubrimiento hizo que Lucifer se frotara las sienes con frustración. Justo cuando pensaba que había lidiado con todo, resultó que estaba equivocado, y el Jet de Elisio, que venía a buscarlo, todavía corría el riesgo de ser volado ya que básicamente desperdició su tiempo. Sin embargo, también planteó algunas preguntas serias. ¿Fue realmente obra de Dalia? ¿O fue algún enemigo?
—Aunque no puede ser mi enemigo. Todos mis enemigos saben que no puedo morir en una explosión —murmuró, frunciendo el ceño.