—Gracias, Señor Vulcano —asintió Guillermo—. He adquirido la Clase de Trabajo Herrero.
—Mmm —Vulcano, el Dios de los Herreros, que pertenecía a la Facción del Mal, asintió con la cabeza.
Lily aplaudió y miró hacia arriba al dios de tres metros de altura con ojos brillantes. —¡Gracias, Vulcano! Eres el mejor.
—Mmm.
—¿Te daré chocolates más tarde, de acuerdo?
—Mmm.
—¿Ah, quieres los de sabor a vino? ¡No hay problema! Te los daré en un rato.
—Mmm.
Guillermo observó desconcertado. No sabía cómo Lily podía entender las palabras de Vulcano, porque no importaba qué tipo de pregunta hiciera la Diosa Loli, el Dios de los Herreros solo respondía con un "Mmm".
—Visitaremos a los demás, ¡gracias de nuevo, Vulcano!
—Mmm.