William alzó una ceja porque un Tigre Alado era una Bestia muy rara en el Reino de Hellan. Aun así, no se perturbó ante este gato sobredimensionado con alas. William había estado luchando contra Bestias Centenarias y Milenarias desde que era joven, y la presencia intimidante del Tigre casi le hizo bostezar.
—Sal y juega con este gato, Erchi... —dijo William.
—¡Estoy Rodando! —respondió Erchi.
William no pudo terminar su orden porque un Oso hormiguero de colores arcoíris de pronto apareció frente a él y se enrolló en una bola. Luego aumentó su tamaño a dos metros antes de lanzarse hacia el Tigre Alado que había sido tomado completamente por sorpresa.
Un rugido de dolor estalló en la sala del trono cuando el Tigre Alado se estrelló contra la pared. Kasogonaga no le dio ninguna oportunidad de recuperar el equilibrio y golpeó repetidamente su cuerpo con su carga a toda potencia.