Silencio inquietante

El carro tirado por caballos se balanceaba en la rocosa entrada del asentamiento de Mistshire al pasar por la puerta de madera. Los tres alargaban el cuello para ver aunque sea un indicio de una fogata encendida o incluso la silueta de una persona.

—¿Qué-qué está pasando? ¿Dónde está todo el mundo? —exclamó Lanzo, deteniendo el carro. Saltó afuera y se dirigió apresuradamente hacia la cabaña más cercana.

—¡Jacob! —Emery llamó mientras también salía del segundo carro y seguía al anciano. Lanzo lo siguió, aunque un poco cojeando detrás, pero los dos jóvenes habían desenvainado sus espadas, en caso de que cualquier peligro se acercara a ellos.

—¡Eh! ¿Hay alguien ahí? —el apagado grito de Jacob salió de la cabaña, pero solo el silencio inquietante respondió en retorno. Emery casi chocó con Jacob, pero a Jacob no le importó ni un poco ya que entró en otra cabaña.