Emery recordó el momento en que llegó por primera vez al santuario. En aquel entonces, antes incluso de conocerlo, la Sacerdotisa ya había discernido su nombre a partir de sus visiones. Probablemente la Suma Sacerdotisa tenía la capacidad de saber lo que le había sucedido a Morgana. ¿Era la Dama del Lago alguien a quien la academia llamaría una Adivina? Una maga especializada en el camino de la divinidad. Un camino de magia espiritual que permitía al usuario vislumbrar el futuro. Como si la Suma Sacerdotisa fuera capaz de escuchar la pregunta no pronunciada, le dio a Emery una pequeña sonrisa como respuesta.
—Emery, cuando alcances mi nivel, tú también podrás sentir la existencia de tus hermanos. Recuerda, no importa cuán lejos estemos separados, siempre estaremos conectados como una sola familia.