Emery se quedó solo dentro del velo de la oscuridad, esperando su destino, con esperanza de que las dos palabras fueran suficientes para ellos. Se sintió como una eternidad, ¿o fue un momento? Era difícil de decir, pero comenzó a ver un diminuto punto de luz muy lejos en la oscuridad y, mientras caminaba hacia la luz, la energía comenzó a llenar su cuerpo. La luz calmó su núcleo oscuro y le devolvió su vigor.
Cuando finalmente pudo despertar, vio la luz del sol de la mañana entrar por la ventana de una pared y techo de paja. Podía sentir el verde exuberante del bosque a través de la ventana, fluyendo con aire fresco. Emery cree que ya ha regresado al pueblo del bosque prohibido. Trató de mover su cuerpo poco a poco para hacer circular la sangre, mientras sus ojos echaban un vistazo a su alrededor.
—¡Está despierto! ¡Está despierto!