Política

La pérdida que sufrió la República Romana, así como la cruel masacre que siguió en la península de Anatolia, llevaron a la retirada completa de las tropas y ciudadanos romanos de dicha región. Los legionarios restantes de la legión derrotada, que en su mayoría se refugiaron en la Isla de Rodas, fueron llamados de regreso a la ciudad capital de Roma. Entre estas personas estaba Julian, quien aún cumplía con la responsabilidad que tenía como centurión de la primera cohorte. Como era el único centurión que logró escapar de la persecución del ejército de coalición, Julian hizo su mejor esfuerzo para liderar a los cincuenta o más sobrevivientes, que incluían una docena de sus hombres, de regreso a Roma a salvo.