¡Resiste!

La chica no podía controlar las emociones que rugían dentro de ella, todo lo que sentía en ese día. Estaba enojada, extremadamente enojada, se sentía perdida. Desde que vio al joven que trajo caos e incertidumbre a su corazón en esa isla, había jurado un voto para sí misma: que debía resolver el problema en su corazón a toda costa. Según las instrucciones de la bruja, comió los órganos de lobo que le fueron proporcionados pedazo a pedazo. A pesar de que el sabor le disgustaba, rápidamente empujó su queja hacia el olvido. Continuó comiendo, no importa lo enferma que estuviera. Todo por una única razón, ¡recuperar su propio ser!