CAPÍTULO 114. ¡Los Majestuosos Lobos!

—¡Riven! —salió de la boca de Giselle cuando sintió la presencia de su compañero detrás.

—¿Estás bien, amor? —Riven tomó su mano y la ocultó detrás de su cuerpo.

—Sí, ¡no pudieron atacarme! —Giselle respondió con sinceridad.

—¡Todo gracias a mí! —Natalia apareció en la habitación después de una humareda blanca.

«¡Esa maldita chica sigue usando esa diabólica montura!» Giselle entrecerró los ojos hacia su mejor amiga.

—¡Pero qué..! —Michael gritó cuando Natalia apareció de la nada.

—¡Ella es una bruja, no un vampiro, idiota! —Giselle informó a Michael señalando a Natalia.

—¿Así es como entendiste que yo no era Riven? —Michael preguntó con un tono de asombro.

—No, te estabas comportando muy irrespetuosamente. Mi Riven es bastante dulce —replicó Giselle mirando a Riven y sonrió.

La puerta de la habitación junto con las paredes adyacentes se rompieron, y Stefan y Kevin entraron en su enorme forma de lobo dorado marrón. Sus garras estaban llenas de sangre.