CAPÍTULO 112. ¿Erica?

Punto de Vista de Tercera Persona:

—¡Deberías estar agradecida de que mezclé cloroformo con acónito, de lo contrario ni siquiera habría estado inconsciente! —dijo el primer chico con una risita.

«¿Por qué una concentración tan alta no me ha herido?», pensó Giselle, desconcertada.

Después de innumerables intentos, Giselle logró abrir los ojos.

—¡Ah! ¡Mi cabeza! ¿Dónde estoy? —preguntó al mirar el lugar desconocido con caras desconocidas.

—¡Bienvenida al infierno! —dijo la chica rubia. Era hermosa, pero su aura era lo peor que jamás había experimentado.

—¿Quién eres? ¿Por qué me secuestraste? —preguntó con un tono exigente.

Intentó moverse, pero se dio cuenta de que estaba atada a la silla con cadenas de plata.

—Siempre es la misma pregunta —dijo el chico rubio que conocieron justo ayer.

«¿No es el líder de los zorros que conocimos ayer? ¿Los zorros me secuestraron?», pensó Giselle, mirando a su alrededor.