—Alex, creo que tengo algo sobre Enzo —dijo Aiden—. Sonaba como la mejor noticia que Alex había escuchado esa noche. Un bostezo se le escapó mientras su cuerpo comenzaba a sucumbir al agotamiento.
—Dime.
Aiden le trajo un documento y no dudó en explicar los detalles. —¿Recuerdas cuando veinte de tus hombres querían renunciar debido a la llegada de algunos dons que ofrecían pagos exorbitantes y condiciones de vida?
Alex recordaba claramente que esos dons estaban involucrados en negocios turbios como asesinato, extorsión, corrupción de funcionarios públicos, apuestas, infiltración en negocios legítimos, extorsión laboral, usura, esquemas de fraude fiscal y manipulación bursátil.
El final de ellos fue bien predicho por él, pero algunos de sus hombres no tuvieron la paciencia para ver su caída, siendo codiciosos por trabajar para tales dons.
Desafortunadamente para ellos, su contrato destacaba cero tolerancia para renunciar y unirse a pandillas para proteger sus secretos.