Mia sintió una oleada de emoción corriendo por sus venas. Este acuerdo agravaba a Joanna, tal como Rene había predicho después de la sugerencia, debido a la condición de su padre.
—¿Pareces sorprendida, o tienes miedo de no poder cumplir con mis demandas? —se burló Joanna percibió que Mia estaba allí para frustrar sus esfuerzos, y esto era algo que tenía que hacer ella misma.
—Ya sé qué hacer, así que no necesito que me sigas —replicó con calma. Sería tonto de su parte exponer sus tratos de negocios a alguien como Mia. Habiendo aprendido de la manera difícil, no iba a ceder ante gente tonta.
Pero Mia no planeaba rendirse tampoco. Si ella pudiera obtener información sobre los clientes principales de Joanna, entonces sería fácil para ella darse a conocer con ellos después de deshacerse de Joanna.
—¿Cómo sabremos que no intentarás atraer a los clientes lejos de nosotros? Tengo que estar contigo en todas partes.