Capítulo 46 – Nadie puede hablar de ello

Hace unas horas, Logan estaba a punto de salir del estacionamiento de su oficina cuando vio un auto conocido. Antes de que pudiera acercarse para confirmar la identidad del dueño, sonó su teléfono y contestó. Era su abuelo.

—Si has visto mi coche, simplemente camina hacia él.

Logan caminó con renuencia hacia el coche, lo abrió y se sentó. —No te esperaba aquí, Abuelo.

El anciano no mostró expresión alguna en su rostro y no venía con conductor. —Solo vine para advertirte. En la fiesta, recuerda no ofender a tu hermano. No estaré allí para protegerte si lo enojas.

Logan recordó la rabia de Alex durante la reunión y sonrió amargamente. Él y Alex crecieron juntos, pero Alex resultó ser tan diferente.

La mayoría de las veces, Logan se preguntaba de dónde Alex sacaba su fuerza. Aun en silla de ruedas, se mantenía firme.