La disposición en el comedor era bastante romántica, sin criados alrededor. Las luces estaban atenuadas, pero Joanna pudo ver al hombre frío sentado en una silla de ruedas junto a la mesa del comedor.
Se podría confundir con un hombre esperando ansiosamente el regreso de su amante, pero Joanna sabía que no debía albergar tales pensamientos.
—Pensé en felicitarte formalmente por estar en el camino hacia CEO —dijo Alex en cuanto se encontraron sus miradas. Joanna encontró difícil contener la alegría en su corazón.
Este hombre era tantas cosas que ella no podía entender. ¿Por qué velas si ni siquiera eran amigos? Alex nunca dejaba de asombrarla.
—¿La vela? —preguntó Joanna cuando se sentó frente a Alex. Él le sirvió una copa de vino tinto, sus movimientos eran elegantes y refinados.
Aún vestido con su traje, Joanna podía decir que él también acababa de regresar, pero esta acción la conmovió profundamente.