Alex sonrió, aunque la sonrisa no llegó a sus ojos. Este rompecabezas era el más fácil que había resuelto.
Estaba buscando un intruso y ahora, había uno intentando escapar en medio del caos en la mansión, convirtiéndola en la sospechosa perfecta.
—Tráiganla. Me gustaría hacerle algunas preguntas —instruyó.
Los interrogatorios usualmente tomaban más tiempo del necesario y Aiden no podía quedarse sentado mirando cuando Violet necesitaba atención inmediata.
Por mucho que quisiera castigarla, este no era el momento porque ella estaba en esta situación debido al despreciable hermano de Alex.
—La llevaré arriba —dijo Aiden, ya subiendo las escaleras, sintiéndose incómodo por las acciones de Violet. Jack fue a buscar a la criada, pero Alex estaba perturbado.
Quería estar presente para asegurarse de que nada saliera mal, a pesar de confiar en la capacidad de Aiden para proporcionar primeros auxilios básicos a Violet en su frágil condición.