El sueño desapareció del rostro de Alex como si nunca hubiera estado allí, mientras buscaba a izquierda y derecha a la mujer con la que había pasado la noche.
Todavía era su esposa ya que el divorcio no se había finalizado, pero las palabras del Abuelo lo habían herido profundamente.
—Abuelo, ¿de qué hablas? —preguntó Alex preocupado. El anciano respondió casualmente,
—Logan me mandó un mensaje, diciéndome que el matrimonio en verdad era falso porque te divorciaste de Adelaide. Ya sabía que era falso, pero pensé que recapacitarías y realmente la harías tu esposa.
Alex había estado buscando a Logan desde hacía algún tiempo, pero esto mostraba que el tonto todavía lo estaba espiando y también seguía teniendo ojos en su esposa.
—¿Cómo podría él saber eso? Firmamos los papeles, pero cambié de opinión, y además, no es oficial —respondió al teléfono antes de devanarse los sesos.