Cómete (**)

—Esta noche, tomaré el control. Seré yo quien lo domine —ese juramento de alguna manera se manifestó en mi corazón. Sin pensar, simplemente actuando por instinto.

—Sentí su hombro relajarse mientras bajaba. Su mano recorrió mi cabello alborotado, descansando en la parte trasera de mi cabeza.

—Su pecho se movía entrando y saliendo pesadamente. Solo con besar, el sudor se formaba en la mano, facilitándome deslizar mis palmas alrededor de él. Aunque me aseguré de que sintiera el calor de mi tacto.

—Desde su pecho hasta su firme abdomen central, lo sentí derretirse cada vez que mis labios y lengua se acercaban. Un siseo de satisfacción salía de sus labios y viajaba solo para acariciar mis oídos.

—Cada hito hacia el sur. Su cuerpo tembló. Me gustaba. Estar en control por una vez, sintiendo cada ligero temblor suyo y la anticipación por lo que estaba por venir.