Mientras tanto, de vuelta en el Castillo de los Crawford.
—Voy a matar a ese maldito Fabián... —Klaus apretó los dientes, sacudiéndose la tierra que se le pegaba por todo el cuerpo—. ¿¡Cómo se atreve a enterrarme vivo!?
Había gateado fuera de la tumba. Casi muere si Fabián hubiera vigilado el agujero de la tumba. Klaus lanzó miradas asesinas al agujero del que había salido, rechinando los dientes de frustración.
—¡Maldito sea! —Su frustración le hizo recordar lo que pasó ayer.
—Veo que tus colmillos han vuelto a crecer, su alteza. —La sonrisa en el rostro de Fabián se desvaneció lentamente—. ¿Debo extraerlos de nuevo para ti?
—Ah —señor Fabián, su Alteza... —Cameron entró en pánico mientras desviaba la mirada de Fabián a Klaus.
—¿Extraer? —Klaus se burló—. ¿Crees que volveré a caer en tus trucos baratos?