El rencor de hace tres meses

—Ella todavía está consciente —musitó Fabian mientras hacía crujir su cuello de lado a lado—. Lidiaré con las consecuencias más tarde. ¡Tú!

Se volvió hacia Yul, que nunca se movió de su lugar en el lado del pasillo, con la espalda apoyada contra la pared mientras estaba sentado. Yul levantó la vista de su mano hacia Fabian.

—¿Qué? —preguntó Yul, sin planear moverse de su sitio ya que quería reflexionar sobre algo—. Ve con Sir Rufus e infórmaselo todo —ordenó Fabian mientras desabrochaba los primeros tres botones de su traje—. Dile que me persiga.

Yul observó a Fabian antes de que sus ojos cayeran sobre la infame lanza oscura de la que había oído hablar.

—De acuerdo —asintió Yul, haciendo que Fabian frunciera el ceño mientras lo miraba—. Eres mucho más sabio que ese quinto príncipe.