—Cazar a los no muertos —murmuré entre dientes mientras mi boca se abría sorprendida, parpadeando—. ¿Pero no era eso algo importante para el palacio y este reino? ¿Este asunto llevó al rey a confiar esto a Sam y me estaba diciendo que le gustaría que participara?
—¿Por qué te ves tan sorprendida, mi esposa? —Sam soltó una breve risa, divertido al verme—. Su Majestad no me dejaba respirar, así que tuve que traer el oxígeno conmigo —agregó con una sonrisa astuta—. ¿Te parece bien?
—¡Por supuesto! ¡Me encantaría! —No dudé ni un momento en aceptar su propuesta con alegría—. Sin él, no veo el propósito por el que estoy aquí en primer lugar. Prefiero estar en peligro que esperar ansiosamente su regreso, preguntándome si volverá entero o solo su cabeza.
—Entonces, está decidido —Sam sonrió, complacido—. Me levantó y yo instintivamente coloqué mis manos en su hombro, un poco sorprendida por su acción—. ¿Entonces, dónde estamos otra vez? —preguntó, dejándome confundida.