Poniendo de vuelta la pieza que falta III

Había pasado algún tiempo, y el mundo continuaba girando. Las cosas, ya fueran esperadas o no planificadas, sucedían.

—Lilou.

Lilou levantó la cabeza al ver a la persona que entraba en la mazmorra de la prisión de una antigua hacienda en Whistlebird. Sonrió brillantemente en cuanto vio esos pares de orbes carmesí.

—¿Lexx, has vuelto? —preguntó felizmente, levantándose rápidamente y corriendo hacia él.

Esteban soltó una risa mientras la acogía cálidamente en su abrazo. —Solo me fui unos días y sin embargo, actúas como si hubiera estado fuera un año.

—¿Puedes culparme? —se quejó Lilou al soltarse de él, mirándolo hacia arriba mientras hacía pucheros. —Lord Anton y su hijo Arturo son tipos molestos. Estaba planeando asfixiarlos mientras dormían.

—Cálmate, cariño. —Él rió mientras le acariciaba la cabeza.