—Crújase los dientes, ojos adelante, galopando de vuelta al palacio. Sí. Al final no escuché y volví de donde veníamos. Podría ver a Fabián de regreso, pero nunca más le haría caso.
—Incluso si eso significa pelear contra él... —Tragué un bocado de saliva mientras el viento se hacía más crudo con mi velocidad. —¡Apártense del camino! —salió un grito mientras tomaba una ruta donde había gente.
—Los gritos y maldiciones llegaban a mis oídos mientras la gente saltaba para abrir paso, pero eso no me inmutaba. Matar una o dos personas no importaba. Eso no era lo importante para mí en este momento. Puede sonar egoísta e insensible, pero mi instinto me gritaba, diciéndome que algo malo le pasaría a Sam.
—No debería haber escuchado en primer lugar —me dije a mí misma, agarrando fuertemente las riendas—. Debería haber luchado a su lado sin importar lo que él dijera.