Mientras Fabian corría para alcanzar a Lilou, se detuvo mientras su corazón se crispaba. Se agarró el pecho, los ojos lentamente se dilataban.
—Ru… —salió en un susurro mientras miraba en dirección al palacio desde su posición—. Tú…
Fabian no pudo moverse durante unos minutos, ni siquiera parpadear. Solo había tensión en su pecho mientras sus pulmones se constreñían.
—Hah… —Las venas en el dorso de su mano se salieron mientras apretaba su lanza oscura hasta que temblaba. Siempre había tenido esta pequeña conexión con Rufus, pero ahora, eso estaba roto, y eso solo significa… muerte.
—¿Quién lo hizo? —el lado de sus labios lentamente se curvaba en una sonrisa siniestra. Fabian cerró los ojos, tomando una profunda respiración. Cuando los abrió, sus ojos estaban desprovistos de emociones. No había ni rabia ni tristeza, solo indiferencia.