Kristina miró en dirección al palacio mientras su corazón de repente comenzaba a latir ansiosamente. Allí era distinto a la 'leve' tranquilidad de esta hacienda. Incluso desde esta distancia, podía sentir las poderosas auras chocando en ese lugar, haciendo que imaginara vívidamente la pila de cadáveres y sangre pintando todo el palacio.
—Capitán... —susurró, respirando hondo. No podía precisar exactamente qué era esa ansiedad en su corazón, pero la hacía sentirse inquieta.
—Kristina. —Ella dirigió sus ojos hacia Ramin mientras el hombre corría hacia ella.
—Ramin, ¿qué sucede? —Kristina preguntó tan pronto como Ramin se detuvo frente a ella. —¿Hay algún problema?
—Aparte de los transformados que rondan la hacienda y los que hemos capturado, todo está bien... supongo.
—Entonces, ¿qué quieres? —preguntó ella con el ceño fruncido. —¿Dónde está Charlie?
—Ramin señaló hacia arriba, haciendo que ella mirara hacia el techo. —Ella está vigilando. De cualquier manera, puedes ir.