Encontrando la Varita (4)

Cy se rió como un maníaco —La última vez tuviste suerte, pero esta vez, no podrás pedir ayuda a los animales en el bosque.

Adriana gruñó hacia él.

—Cuando un mago sale a buscar su varita, todos los animales se esconden. Nunca jamás se acercarán a ti, y eso te pone en una gran desventaja, Adriana —dijo Cy con condescendencia.

Adriana se sorprendió por su declaración, pero sabía que él decía la verdad porque no había escuchado la voz de ningún animal desde que entró en el bosque. Con solo Dmitri y diez otros hombres lobo con ella, eran un ejército demasiado pequeño para luchar contra Cy y su ejército de neotides que crecían más y más en número.