Segunda Etapa de la Competencia (3)

Raz afiló algunas flechas y ató una rama fuerte y flexible a lo ancho para hacer un buen arco. Estiró la cuerda para comprobar su fortaleza. Sonrió satisfecho por su éxito y miró a Adriana, quien también estaba fabricando un arco. Cuando ella lo terminó, ambos se rieron suavemente el uno al otro.

—Vamos —dijo Raz. Dejaron sus mochilas en el refugio y caminaron hacia el lugar que Raz había mencionado. Era más alto y tuvieron dificultades para llegar. Era mediodía y Adriana no podía evitar pensar que tenía que encontrar la posada.

Les tomó veinte minutos alcanzar el lugar.

—No hay nada aquí —exclamó Adriana, sintiendo que había perdido el tiempo.

De repente Raz le hizo señas para que se quedara en silencio. La jaló detrás de un pino. Vieron una manada de ciervos caminando majestuosamente en esa nieve. No eran más de siete, pero se veían hermosos contra el fondo de la nieve. Raz colocó su flecha en el arco y la estiró haciendo un sonido de zumbido.