—Alicia pensó por un momento y luego asintió —Claro, vamos a tu tienda a hablar.
—Entonces vamos ahora —dijo Alen—. Después de decir esto, cojeó hacia la entrada de la tienda del Príncipe Kral. Levantó la mano para hacer señas a los soldados que patrullaban cerca, instruyéndolos para que vigilaran la tienda del Príncipe Kral.
Después de asegurarse de que el Príncipe Kral no sería molestado durante su descanso, Alen se dio la vuelta y señaló hacia su propia tienda, diciendo a Alicia —Señora, mi tienda está por aquí. Por favor, sígame.
—Vivian, vamos juntas —me dijo Alicia—, y luego caminó hacia la salida de la tienda del Príncipe Kral.
No quería ir a la tienda de Alen, pero tampoco podía quedarme sola en la tienda del Príncipe Kral. Después de un conflicto interno, decidí seguir a Alicia.
De todos modos, confiaba en que Alicia me protegería.