42 En Medio De La Noche

Punto de Vista de Sibila

Después de que el sexo terminó, me quedé en sus brazos con los ojos cerrados.

Me abrazó y me dio palmaditas en la espalda.

—No has cenado —Nuri me abrazó y se sentó en la mesa.

Todavía estaba en el resplandor del sexo, sentada en su regazo y yaciendo lánguidamente sobre él.

Me alimentó pacientemente, como a un niño. —Abre la boca y come algo de comida, o tendrás hambre en la noche.

Abrí la boca y comí un pedazo de pan. Luego aún me sentía muy cansada. Le restregué la cara. —Quiero dormir.

Me acostó en la cama y me dio palmaditas en el trasero. —Necesitas hacer ejercicio. Solo lo hicimos dos veces y ya estás tan cansada.

Este malvado Nuri, ¿acaso no sabe cuánto duramos cada vez que tenemos sexo?

Él era un caballero entrenado en el ejército, y yo una princesa criada en un palacio. Hay una gran diferencia de poder entre nosotros. Durante el sexo, su fuerza me hace gemir y temblar, pero también me hace sudar y cansar.