Cuando Gwen se despertó de nuevo, miró sus alrededores desconocidos en un estado de trance.
Ulric se sentó en la sombra de la luz y observó a Gwen mientras ella miraba en blanco al techo. En este punto, Gwen quitó sus defensas y se convirtió en un gato que había guardado sus garras afiladas, inofensivo y lindo. Ulric la observó con atención. Gwen giró su cabeza y vio a Ulric sentado en una silla. Ella lo miró firmemente por un momento, como si necesitara hablar mucho tiempo para reconocerlo.
Ulric se levantó y llenó un bol con sopa caliente de un termo. Revolvió la sopa por unos segundos con una cuchara mientras decía:
—Tuve un chef de China el mes pasado. Hace una sopa excelente.
Ulric sirvió la sopa y la llevó a Gwen. Gwen hizo una pausa por un momento. Ulric la estaba cuidando como un novio. Su tono era suave, pero sus acciones eran tan dominantes que ella no podía negarse. Viendo que Gwen no reaccionaba, Ulric probó la sopa en la cuchara: