Las Verdades No Dicha

Cole salió afuera, sintiendo el frío de la noche en su piel, aunque ese frío no se comparaba con la tormenta que se gestaba en su interior.

El encuentro con Eve lo había dejado conmocionado hasta lo más profundo, uno de los momentos más desgarradores de su vida.

No había querido dejarla así, pero en el fondo, sabía que ella necesitaba espacio, tiempo para procesar lo que estaba sucediendo entre ellos.

Sin embargo, Cole no podía comprender el repentino cambio en ella. ¿Qué había cambiado tan drásticamente?

Era una cruel ironía. El mismo acto de Eve queriendo cortar su conexión lo hizo darse cuenta de cuánto no quería eso.

Pero ahora, ¿ahora qué? No estaba seguro de nada. La repentina interrupción en su voz, la finalidad de la misma, lo había tomado por sorpresa de una manera que nada nunca lo había hecho. Solo cuando la perspectiva de perderla se volvió real se dio cuenta de que no quería que se fuera.